Un cuatrimestre
en la UOCRA puede lograr empoderarte más que diez años de militancia feminista
de base. No es joda. El dato me llega tarde; justo después de mi queja
indignada por la estafa de un plomero de barrio que se hizo el día con la destapación
de mi rejilla. Tres pelos saco Oscar del ínfimo sumidero del baño. Ponele que
cuatro. No le llevó más de diez minutos –ni cinta de acero, ni máquinas
especiales- pero me cobró 450 pesos. (¡45 mangos el minuto!)
Y yo que creía
ser una mujer moderna por tener en mi heladera el imán de un arreglatutti y así
no depender de la voluntad obrera de marido intelectual, manos de seda.
Atrapada en mi propio discurso no puedo decir ni A, que marido no sienta culpa
de macho por ignorar cómo se cambia un cuerito es también igualdad de género. En
fin…
“Tengo mega dato de plomería! La UOCRA abrió en Almagro un curso muy barato,
menos de 100 pesos por mes” me escribe Diana, una amiga. Me está invitando.
Pienso en desagües, filtraciones, termofusión. No logro imaginarme manipulando una
llave inglesa, sin embargo Diana lo dice exultante, dispuesta a hacerlo de
verdad; a comprarse su valijita de herramientas. A no permitir que un esposo de
alquiler pretenda solucionar su vida doméstica a precio vil. Decidida a pelear,
si es necesario, por el cupo femenino en ese cursillo pensado para varones
aunque se jacte de ser para todos y todas (ya le pasó en un taller “mixto” de
mecánica automotriz que era la única mujer en una clase de 40 tipos). Diana es
una auténtica guerrera -no esta versión timorata de compromiso por la igualdad
de género de quien escribe. Ella se le anima a la UOCRA.
Le doy mil
vueltas a la idea. Busco argumentos, excusas, bibliografía, mientras no puedo
sacarme de la cabeza que gasté fortunas en mi esmalte importado textura volcano
y brillo sensacional. Es en la biblioteca de mi hijo, tres años, donde
encuentro la respuesta; el germen de este equívoco: una colección de cuentos de
la Librería de Mujeres, que bajo la consigna “Yo soy igual” cuenta historias de
mamás electricistas, albañiles, referís. Arrebatos de mi primavera feminista cuando,
con un lactante a cuestas, salí a comprar libritos, música y juguetes no
sexistas.
Que quede claro, no reniego de este esfuerzo tan
voluntarioso y obstinado que tenemos las mujeres por demostrar que podemos
hacerlo todo y más. Lo que me jode es que todavía buscamos la paridad intentando
igualarnos a ellos, pero qué tal si además nos sacamos de encima el mandato de los
presuntos quehaceres femeninos (casi siempre domésticos). ¿Por qué no hacer una
versión de esos cuentitos con varones de grandes sonrisas lavando platos,
cosiendo dobladillos, haciendo la listita de las compras. Y con minitas deslumbradas ante semejante símbolo
de masculinidad.
Cuestión que a
los pocos días mi otro baño empieza con su rejilla a borbotones. El hombre
manos de seda ni se inmuta; agarro la sopapa, tiro fuerte del manojo de pelos
que resiste desde el otro lado de la cañería, logro vencerlo; el agua baja por
hoy, por un rato. Sé que va a volver, con su olor pestilente de cloacas. Y me
decido. Diana será mi próxima plomera de confianza. Al final sí que soy una auténtica
luchadora por la igualdad de género.
Valeria Sampedro.
Nota publicada en ParaTi (edicion 17/7/15)
Ja! me hiciste recordar, que mi padre (calculo que deprimido o ya asimilado por tener una sola hija y mujer) me hacía aburrirme mientras me enseñaba a cambiar los cueritos, como pelar un cable, todas esas pequeñas cosas de las que mi "yo machista" exige que haga el hombre de la casa. Si hasta me hacía subir al techo de casa con rollo de tela de fibra de vidrio y brea en frío en mano, para reparar las filtraciones del techo de chapa de fibrocemento... La primera vez que vino mi marido a casa me encontró con el diagragma en la mano, el del calefón, y por una rara razón no logré cerrar el cosito de bronce que lo contiene... Y nunca más hice nada de eso...
ResponderEliminarEs que se hacerlas, pero ¡Qué cómodo es que te lo haga otro!
Veronica, veo q tu viejo hizo bien su laburo con vos. El vocabulario q tenes de arreglatutti es envidiable!!! Y si, mejor dejar q lo hagan otros. Pero saber
ResponderEliminar;)