El ser y la Nara. Es fácil pegarle a Wanda.
El cuaderno de apuntes garabatea explicaciones sobre el lugar que ocupa la
mujer en los medios y Wanda se aparece como un grano, de esos que acaparan toda
tu atención y no te dejan pensar mientras no los estrujes hasta dejarlos secos.
Si hay un lugar donde la emancipación femenina ha ido lenta y despareja es en
el terreno mediático. Y excede largamente la cultura botinera.
¡Claro que estamos mejor! Si pensamos que
hace poco más de medio siglo ni votar podíamos. Ahora tenemos voz y botox. Y si
se filtra una foto tuya en tanga casi seguro te convocan como panelista.
Mientras tanto, un puñado de nombres propios: Luciana Geuna investiga a fondo
el caso Ciccone, pero no puede evitar que Jorge “su jefe” Lanata le diga
tarada. Pamela David se sacude su pasado hot de chica-reality y presentadora en
Playboy tv (¡PamelaSex se llamaba su programa!) con un magazine
matinal en el canal de su marido. Carla Conte logró redimirse después de
ponerle los puntos a Tinelli con el jueguito del corte de polleras. Paula
Trapani todavía lamenta haber dejado el noticiero por la pista de baile y
confirma asistencia a cuanto evento garantice la presencia de al menos dos
fotógrafos. La Negra Vernaci opera como letrina y excepción, 28 años
ininterrumpidos con programa propio a fuerza de volverse uno más en el
vestuario de hombres que es la Rock&Pop
-el mismísimo Pergolini llegó a ruborizarse con sus guarradas, claro que en
cuanto fue nombrado gerente de programación la sacó del aire-.
Los medios no pueden darnos un mejor lugar
que el que la sociedad nos concede, dice Adriana Amado Suárez, una experta en
el tema. Doctora en Ciencias Sociales, Adriana escribió en 2004 “La mujer del
medio” (Editorial Centro Cultural Rojas) luego de una sobredosis de rayos
catódicos que la llevó a hablar de periodistas de decoración. En aquel
momento había muy pocas conductoras, las mujeres eran más bien acompañantes con
un rol accesorio, aportando la cuota de sensibilidad y belleza. Se priorizaba
más la estética que la ética de lo femenino, sostiene.
¿Las conductoras de noticieros dedicarán más
tiempo a la lectura de los diarios o al make-up? Según Suárez es un
tema cultural. Las minas nos embellecemos más que nuestros pares masculinos
cuando tenemos una reunión, dedicamos un tiempo precioso a la ropa, al
maquillaje, al pelo. Ella lo plantea como una gentileza social que no tiene
nada de malo en sí mismo; en todo caso convendría enseñar a nuestros hijos que
el arreglo personal no tiene por qué ser una esclavitud. El problema, me
advierte, es cuando esa exigencia se vuelve una desventaja que hace que la
periodista deba llegar dos horas antes para ser peinada y maquillada mientras
su colega solo tiene que ajustarse la corbata y salir al aire. Lo que no sabe
Adriana es que el Gato Sylvestre usa rímel y a Canaletti le delinean un toque
los ojos!! (shhhhh…).
Pedazos rotos del espejo interior.
El periodismo de tablón cayó rendido a los
pies de Alina Moine (¿la tienen? es la que conduce con Apo el programa de
fútbol los domingos por la TV Pública). Divina, carismática ¡y encima sabe! A
su llegada, Fox Sports salió corriendo a comprar “mostradores” transparentes
para no perderse el espectáculo de sus piernas. Ves a Alina, casi que la
envidias, con su microvestido, tacos aguja, boca bombón y algo te hace ruido.
¿Obedece al estereotipo que supone que si hay una mujer en un programa
deportivo tiene que jugarla de sexie o ejerce con sarcasmo su rol de chica
linda que habla de fútbol? El prejuicio se parece bastante a la pacatería.
Charles Lipovetsky -el sociólogo y filósofo
francés- desbarata la antinomia. Su idea esclarecedora está debidamente
subrayada en la pequeña versión de Anagrama de El Imperio de lo Efímero
que guardo en mi biblioteca. Él dice que las mujeres han conquistado todo tipo
de derechos pero al mismo tiempo conservan el privilegio ancestral de la
coquetería. Nada que ver con la alienación. Textual: “¿Por qué obstinarse en
hablar de manipulación o cosificación cuando la mayoría de las mujeres declara
que la multiplicación de cosméticos, lejos de oprimirlas, les da más
independencia y libertad para agradar a quien ellas quieran?”.
La proliferación de Julias Mengolinis no hace
mella. Todavía hoy se impone el patriarcado mediático. Según el último informe
de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF), el 73% de los
puestos ejecutivos a nivel global lo ocupan hombres. El dato surge del seguimiento
de más de 500 empresas en 60 países (incluida la Argentina). En las
redacciones, la relación varón-mujer se parece un poco más a la igualdad con un
magro 2 a 1. Pero ni te atrevas a husmear en las columnas de opinión: Perfil
tiene sólo 4 mujeres de un total de 36 periodistas con mirada propia. La Nación
eleva ese promedio 3 a 1. Clarín tiene a doña Ernestina como directora y una se
pregunta para qué sirve eso si con el rediseño de la página web elgrandiarioargentino.com empezó una especie
de minuto a minuto de la gráfica que llevó a Vicky Xipolitakis a ser la noticia
más leída y por ende la mejor expuesta del portal, la vez que se calzó la
bandera argentina como segunda piel en pleno furor mundialista.
Myriam Pelazas es coordinadora del
Observatorio de radio y televisión, una especie de sabueso que trabaja en el
análisis de formatos y contenidos para detectar focos de discriminación en el
espacio radioeléctrico. Ella cree que si bien los medios construyen distintos
tipos de mujeres suelen caer en un arquetipo tradicional y acotado como el de
objeto sexual o ama de casa. Que qué programas nos dan más trabajo, hmm… por
años fue Showmatch. Pero hay otros, AM, Bendita TV, Duro de Domar, el de Chiche
Gelblung, Animales Sueltos y unos cuantos más, en distintos momentos y por
distintas cuestiones nos hicieron y hacen trabajar mucho. A veces con discursos
sexistas o xenófobos de modo deliberado, otras cuantas por puro
desconocimiento. Después están las mujeres que alcanzaron lugares de
preeminencia pero ellas mismas se encargan de fijar el estereotipo. Lipovetsky
disiente desde el estante de la biblioteca: “El paréntesis hiperfeminista que
denunciaba la sumisión del segundo sexo a las trampas de la moda no tuvo sino
efectos de superficie (…) hoy la denuncia de la mujer-objeto ha dejado de ser
una receta y no tiene ya un verdadero eco social”.
Es preciso volver a Wanda.
La rubia, que de tarada no tiene un pelo, hoy impone la agenda. Es capaz de
correr por izquierda a todo el movimiento feminista junto –incluidas Las 12- y
lograr que hasta Rial dedique un programa entero a hablar de violencia de
género, tenencia, minoridad y cámara Gesell. Quién les dice que en unos años la
bandera de la lucha por la igualdad mediática no lleve su nombre.
Nota publicada en la revista Sophia (Agosto 2014)
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ResponderEliminarQuien es Valeria San Pedro? me pregunte mas de una vez mientras almorzamos mirando el noticiero. porque siempre esta cubriendo casos sexistas?.ahí es donde caigo, me doy cuanta y lo escondo. me molesta que tenga esa facilidad para despertar mi machismo oculto. decidido me propuse investigar (googlear).así encontré este blog ,con el regocijo de quien acierta un palpito me digo en secreto "ahí esta,es una feminista".
ResponderEliminary porque molesta? por una cuestión estructural esta claro. miro a mi hijo de 3 años,el que aun no incorpora ningún ismo. y le digo con desilusión "¡Canaletti usa delineador?!"