viernes, 8 de agosto de 2014

Gajes del oficio (Mujeres en los medios)

Hay que depilar esas cejas. Todavía recuerdo la cara de Puga –entonces jefe de maquillaje y vestuario de canal 13- cuando me vio entrar a su sala. Era mi primer día de trabajo y su gesto de espanto ante mi vellosidad facial hizo que comprendiera todo: si quería triunfar en la televisión debía correr al gabinete de cera negra (al que vuelvo religiosamente cada quince días, desde hace 8 años). Depilación y tintura gratis. Cremas, ropa, zapatos. Todo gratis. Encaré este noble oficio al calor de la libertad de empresa. Los canjes no me dejan mentir. Al principio, también nos daban un voucher mensual de Yenny por dos libros. Pronto se dieron cuenta de que lo importante es la belleza exterior.

El ser y la Nara. Es fácil pegarle a Wanda. El cuaderno de apuntes garabatea explicaciones sobre el lugar que ocupa la mujer en los medios y Wanda se aparece como un grano, de esos que acaparan toda tu atención y no te dejan pensar mientras no los estrujes hasta dejarlos secos. Si hay un lugar donde la emancipación femenina ha ido lenta y despareja es en el terreno mediático. Y excede largamente la cultura botinera.
¡Claro que estamos mejor! Si pensamos que hace poco más de medio siglo ni votar podíamos. Ahora tenemos voz y botox. Y si se filtra una foto tuya en tanga casi seguro te convocan como panelista. Mientras tanto, un puñado de nombres propios: Luciana Geuna investiga a fondo el caso Ciccone, pero no puede evitar que Jorge “su jefe” Lanata le diga tarada. Pamela David se sacude su pasado hot de chica-reality y presentadora en Playboy tv (¡PamelaSex se llamaba su programa!) con un magazine matinal en el canal de su marido. Carla Conte logró redimirse después de ponerle los puntos a Tinelli con el jueguito del corte de polleras. Paula Trapani todavía lamenta haber dejado el noticiero por la pista de baile y confirma asistencia a cuanto evento garantice la presencia de al menos dos fotógrafos. La Negra Vernaci opera como letrina y excepción, 28 años ininterrumpidos con programa propio a fuerza de volverse uno más en el vestuario de hombres que es la Rock&Pop -el mismísimo Pergolini llegó a ruborizarse con sus guarradas, claro que en cuanto fue nombrado gerente de programación la sacó del aire-.
Los medios no pueden darnos un mejor lugar que el que la sociedad nos concede, dice Adriana Amado Suárez, una experta en el tema. Doctora en Ciencias Sociales, Adriana escribió en 2004 “La mujer del medio” (Editorial Centro Cultural Rojas) luego de una sobredosis de rayos catódicos que la llevó a hablar de periodistas de decoración. En aquel momento había muy pocas conductoras, las mujeres eran más bien acompañantes con un rol accesorio, aportando la cuota de sensibilidad y belleza. Se priorizaba más la estética que la ética de lo femenino, sostiene.
¿Las conductoras de noticieros dedicarán más tiempo a la lectura de los diarios o al make-up? Según Suárez es un tema cultural. Las minas nos embellecemos más que nuestros pares masculinos cuando tenemos una reunión, dedicamos un tiempo precioso a la ropa, al maquillaje, al pelo. Ella lo plantea como una gentileza social que no tiene nada de malo en sí mismo; en todo caso convendría enseñar a nuestros hijos que el arreglo personal no tiene por qué ser una esclavitud. El problema, me advierte, es cuando esa exigencia se vuelve una desventaja que hace que la periodista deba llegar dos horas antes para ser peinada y maquillada mientras su colega solo tiene que ajustarse la corbata y salir al aire. Lo que no sabe Adriana es que el Gato Sylvestre usa rímel y a Canaletti le delinean un toque los ojos!! (shhhhh…).
Pedazos rotos del espejo interior.
El periodismo de tablón cayó rendido a los pies de Alina Moine (¿la tienen? es la que conduce con Apo el programa de fútbol los domingos por la TV Pública). Divina, carismática ¡y encima sabe! A su llegada, Fox Sports salió corriendo a comprar “mostradores” transparentes para no perderse el espectáculo de sus piernas. Ves a Alina, casi que la envidias, con su microvestido, tacos aguja, boca bombón y algo te hace ruido. ¿Obedece al estereotipo que supone que si hay una mujer en un programa deportivo tiene que jugarla de sexie o ejerce con sarcasmo su rol de chica linda que habla de fútbol? El prejuicio se parece bastante a la pacatería.
Charles Lipovetsky -el sociólogo y filósofo francés- desbarata la antinomia. Su idea esclarecedora está debidamente subrayada en la pequeña versión de Anagrama de El Imperio de lo Efímero que guardo en mi biblioteca. Él dice que las mujeres han conquistado todo tipo de derechos pero al mismo tiempo conservan el privilegio ancestral de la coquetería. Nada que ver con la alienación. Textual: “¿Por qué obstinarse en hablar de manipulación o cosificación cuando la mayoría de las mujeres declara que la multiplicación de cosméticos, lejos de oprimirlas, les da más independencia y libertad para agradar a quien ellas quieran?”.
La proliferación de Julias Mengolinis no hace mella. Todavía hoy se impone el patriarcado mediático. Según el último informe de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF), el 73% de los puestos ejecutivos a nivel global lo ocupan hombres. El dato surge del seguimiento de más de 500 empresas en 60 países (incluida la Argentina). En las redacciones, la relación varón-mujer se parece un poco más a la igualdad con un magro 2 a 1. Pero ni te atrevas a husmear en las columnas de opinión: Perfil tiene sólo 4 mujeres de un total de 36 periodistas con mirada propia. La Nación eleva ese promedio 3 a 1. Clarín tiene a doña Ernestina como directora y una se pregunta para qué sirve eso si con el rediseño de la página web elgrandiarioargentino.com empezó una especie de minuto a minuto de la gráfica que llevó a Vicky Xipolitakis a ser la noticia más leída y por ende la mejor expuesta del portal, la vez que se calzó la bandera argentina como segunda piel en pleno furor mundialista.
Myriam Pelazas es coordinadora del Observatorio de radio y televisión, una especie de sabueso que trabaja en el análisis de formatos y contenidos para detectar focos de discriminación en el espacio radioeléctrico. Ella cree que si bien los medios construyen distintos tipos de mujeres suelen caer en un arquetipo tradicional y acotado como el de objeto sexual o ama de casa. Que qué programas nos dan más trabajo, hmm… por años fue Showmatch. Pero hay otros, AM, Bendita TV, Duro de Domar, el de Chiche Gelblung, Animales Sueltos y unos cuantos más, en distintos momentos y por distintas cuestiones nos hicieron y hacen trabajar mucho. A veces con discursos sexistas o xenófobos de modo deliberado, otras cuantas por puro desconocimiento. Después están las mujeres que alcanzaron lugares de preeminencia pero ellas mismas se encargan de fijar el estereotipo. Lipovetsky disiente desde el estante de la biblioteca: “El paréntesis hiperfeminista que denunciaba la sumisión del segundo sexo a las trampas de la moda no tuvo sino efectos de superficie (…) hoy la denuncia de la mujer-objeto ha dejado de ser una receta y no tiene ya un verdadero eco social”.
Es preciso volver a Wanda. La rubia, que de tarada no tiene un pelo, hoy impone la agenda. Es capaz de correr por izquierda a todo el movimiento feminista junto –incluidas Las 12- y lograr que hasta Rial dedique un programa entero a hablar de violencia de género, tenencia, minoridad y cámara Gesell. Quién les dice que en unos años la bandera de la lucha por la igualdad mediática no lleve su nombre.
Nota publicada en la revista Sophia (Agosto 2014)

2 comentarios:

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  2. Quien es Valeria San Pedro? me pregunte mas de una vez mientras almorzamos mirando el noticiero. porque siempre esta cubriendo casos sexistas?.ahí es donde caigo, me doy cuanta y lo escondo. me molesta que tenga esa facilidad para despertar mi machismo oculto. decidido me propuse investigar (googlear).así encontré este blog ,con el regocijo de quien acierta un palpito me digo en secreto "ahí esta,es una feminista".
    y porque molesta? por una cuestión estructural esta claro. miro a mi hijo de 3 años,el que aun no incorpora ningún ismo. y le digo con desilusión "¡Canaletti usa delineador?!"

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