jueves, 4 de junio de 2015

#NiUnaMenos. La semilla

Ser periodista. Cronicar decenas de asesinatos a mujeres violentadas por sus novios, maridos, ex parejas. Contar mil veces que había denuncias previas, restricciones de acercamiento, botones antipánico. Hablar de fuego, puñaladas, tiros, bolsas de basura. Repetir la estadística como un mantra, cada vez: Cada-treinta-horas-muere-en –la-argentina-una-mujer-por-violencia-machista.

Un tuit como llamado de atención podría haberme parecido por lo menos banal. Hasta hace tres semanas. Pero el 11 de mayo el dedo se detuvo en la pantalla táctil de mi celular cuando Marcela Ojeda -colega y ahora también amiga- decía que si no pensábamos hacer algo, que nos estaban matando (a nosotras también). Con la facilidad de un click asumí el compromiso. No imaginaba que en ese momento empezaba a desatarse una reacción descomunal, bajo la consigna #NiUnaMenos. 

Mica, Ingrid, Anita, Hinde, Flor, Marina, Sole, Mer y la tal Marcela son parte de este colectivo desquiciado que creyó en la magia de borrar la grieta con sus cartelitos violetas. Y me arrastró con ellas.

¿Quién hubiera dicho que la virtualidad podía darnos una lección de educación cívica? Las 958 mil menciones con ese hashtag, en apenas veinte días, se materializaron este miércoles frente al Congreso de la Nación, en una concentración multitudinaria y formidablemente heterogénea.

Para crónicas del día después, están los diarios. Esta vez yo fui parte, no cronista..

Valeria Sampedro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario