No estaba
en sus planes volver a enamorarse. Ya una vez le habían roto el corazón y
cuando logró sobreponerse juró no sufrir más. No por amor.
Se trazó
una vida sin sobresaltos. Salía a correr tempranito, después iba a trabajar,
algunas tardes andaba en bici, los viernes jugaba al tenis, los fines de semana
se juntaba con amigos. Iba al cine regularmente, por las noches se servía una
copa de vino y cocinaba gourmet para un sólo comensal. La casa estaba en
completo orden y su rutina se parecía bastante a la felicidad.

Una tarde
estaba de compras en Farmacity cuando vio una bolsa de agua caliente asomada en
el estante de la última góndola. Corrió a su encuentro. Quedaba sólo una. Se
aferró a ella y lo supo. Ya no pasaría más frío.
Ya no
volvería a estar solo.
Valeria Sampedro.
#microhistoriasdeamor
No hay comentarios:
Publicar un comentario