viernes, 20 de julio de 2018

XIV. Posdata, no te quiero más

Llegó a la hora de siempre, nueve y media de la noche y le llamó la atención que la casa estuviera a oscuras. ¿No estaba ella?

Ph. IG: @raichijk_daniel
No, no estaba. Acababa de irse con sus cosas. Lo descubrió mientras iba encendiendo las luces; el living le pareció un poco más grande sin el sillón del rincón, faltaba la alfombrita de lana y el ekeko de la biblioteca; encontró dos portarretratos vacíos, no estaban sus carteras en el perchero, había espacio de sobra en el placard. Quedaba un rastro de su perfume en la almohada y reconoció un arito suyo junto al zócalo donde hasta hace unas horas había una mesa de luz.

Recorrió cada rincón tratando de asimilar la ausencia, la garganta hecha un garrote, mientras intentaba recordar cuándo había sido la última vez que se habían reído a carcajadas, que se habían quedado charlando hasta la madrugada, que habían conectado mirándose a los ojos. Cuándo.

Fue hasta la cocina, se sirvió una copa de vino y lloró desconsoladamente. Sobre el mantel ella había dejado el manojo de llaves y una esquela mínima. Pd: no te quiero más.

Valeria Sampedro
#Microhistoriasdeamor

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