lunes, 25 de junio de 2018

IX. Delete


Fue un arrebato de amor propio lo suyo. Una tarde se cansó de tanta indiferencia y lo borró de su vida. De su vida virtual, al menos, que era casi todo lo que le quedaba de él. Dejó de seguirlo en las redes sociales, revisó y limpió los historiales de búsqueda, sacó de la galería sus fotos, mandó a la papelera las conversaciones que aún guardaba. También eliminó su contacto del teléfono y se juró no volver a escribirle.
Ph. IG: @raichijk_daniel

Pero cómo lo extrañaba.

Le pareció estúpido llevar el tema a terapia, aunque para qué le pagamos a una psicóloga si no es para desnudar allí toda nuestra estupidez. Así que se pasó los cuarenta y cinco minutos hablando del asunto sin parar. Salió de aquel consultorio con la autoestima vapuleada pero con una certeza: ya no iba a mendigar que la quieran.

Esa noche pidió pizza, abrió una botella de malbec, se armó un porro y puso la música al mango. Bailó enloquecida en el living, hizo karaoke, lloró como una nena y por fin se quedó dormida en el sillón, las luces prendidas, borracha, agotada de sí misma. Y con la vaga sensación de haber empezado a olvidarlo.


Valeria Sampedro.
#microhistoriasdeamor

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