viernes, 29 de junio de 2018

VI. Toc toc


Así empezó todo. Con una onomatopeya en el asunto de un mail que decía “Permiso, lo mío es una frivolidad: hace mucho que no veía una cara como la tuya. Te dejo una canción ad-hoc y un beso en los párpados”. Esas dos oraciones y el link de I´ve just seen a face, de Lennon.
Adelante, respondió ella. Y sintió que en ese instante rompía la coraza.
A los tres días tomaban una cerveza en un bar de Palermo. A la semana ella iba a verlo a su departamento; descalza y con su vestido batik violeta y verde apropiándose de los dos cuerpos del sillón. A las dos horas rebanaban una pieza de sushi comprada en el barrio chino, descorchaban un tinto, él tocaba la guitarra y ella cantaba una que supieran los dos. A los cinco minutos se desvestían en la habitación.

Ph. IG: @raichijk_daniel

-¡Buen día! Fue un sueño?
-Hola hermosísima. Pensaba que las partículas del azar, si tuviera partículas, de pronto se alinean y sale una noche así.

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-Vos decís que es demasiado pronto para volver a verte?
-Yo digo que ya te extraño.
-Me invitas a dormir la siesta?

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-Mariposas. Puedo resultar empalagosa, lo sé. Pero las muy hijas de puta no se me van del estómago.
-No paro de pensar en vos. ¿Qué hago?

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-Tu mirada. No se qué es pero me gusta mucho lo que me decís cuando me miras. Te dejo una caricia en la quijada.
-Te lo voy a decir torpemente y a las apuradas. Cuando estoy con vos me pasa de todo. Y cuando no, también.

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-Y si ponemos pausa, paramos el mundo y nos dedicamos a hacer el amor (en el más amplio, amplísimo sentido de la palabra). Sos la única persona con la que me interesa hacer algo.
-pará, que no se qué responder.


Valeria Sampedro.
#microhistoriasdeamor.

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